Elástica

Exhibición
2018

Galería CIMA presenta “Elástica” de las artistas Valentina Ratto, 1989, María José Carlier, SNKE, Marina Gris.
Exposición que propone la unión del género congregando a cinco mujeres, quienes nos sumergen en la contemplación del espacio, las dimensiones y la materia vibrante. Distintas visiones que transitan desde lo concreto vectorial, hasta la distorsión abstracta de la ilusión óptica.
ELÁSTICA > “Que se puede estirar y distorsionar, recuperando su forma cuando cesa la fuerza que la altera”.
Esta exposición formó parte del circuito de Galería Weekend Santiago 2018
ELÁSTICA O LA ELASTICIDAD DE UN MOMENTO PRESENTE
La muestra Elástica en Galería CIMA impulsa una propuesta impensada en el (incipiente) circuito de la comercialización de arte del país: apostar por un grupo de cinco artistas callejeras traducidas en propuestas artístico-objetuales para su exhibición. Impensada, porque no somos Buenos Aires. No sómos Fernanda Laguna ni Cecilia Pavón abriendo un pequeño espacio de arte dedicado a la belleza y a la felicidad, donde la idea que tenías por la mañana se podía concretar en una muestra por la tarde. El campo chileno es hostil, y es más apariencia que oportunidades. Se lo disputan grandes pensadores que en las inauguraciones artísticas se tornan pequeñas personas. Por la izquierda, baluartes francófonos se disputan las plazas de «arte político» en las bienales primermundistas. ¿Sabías que todo arte es una opción política, para bien o para mal? Por la derecha, baluartes asiduos de viajar a Francia, quienes regulan su programa filosófico según su liquidación de sueldo. Más hacia la izquierda, nos encontramos algunxs que todavía no hemos perdido el afecto en torno a las prácticas artísticas; creemos todavía en su poder transformador y modificante. Elástica es afectos femeninos llevados a las artes plásticas, nuevamente.
Hace muchos años, un historiador vienés dijo que el arte abstracto aparecía en las sociedades donde la crisis profunda arremetía al bienestar de las personas. No es casualidad el que las cinco féminas que componen esta exposición planteen propuestas que se abstraen del mundo de las imágenes. Luego, más cerca de nuestro tiempo, dos pensadores franceses tomaron esta idea sobre la abstracción y plantearon que es dentro de su espacio de interpretaciones libres donde se da lugar a asociaciones impensadas entre actores sociales. No es un gesto menor el que colinden estos cinco imaginarios, asociación y complicidad entre artistas visuales. El primero de los pensadores se apellidaba Worringer, los segundos Deleuze y Guattari. Las chicas que conforman la muestra aquí presente son 1989, María José Carlier, Paula Godoy, Marina Gris y Valentina Ratto.
Fabiola «1989» Morcillo es arquitecta de formación, pero hoy se dedica más bien a la ilustración digital y diseño en AutoCAD. Las imágenes que anuncia se diluyen en la pantalla de la interface que llamamos realidad. Sobre el fondo, negro y absoluto, emergen las trazas, las líneas y las geometrías que componen las salas y las estancias de sus sueños. La retícula configura muros cuando aparece y arcos cuando desaparece, también al cosmos que se pierde y consume todo hasta transformarlo en oblivion. Los astros y la estatuaria de inspiración grecolatina son los símbolos con los que nuestra cultura ha pensado la feminidad; la luna argenta o la venus púdica, todas metáforas o alegorías de la mujer como naturaleza o como castidad. ¿Qué material es el que subyace a sus impresiones? Justamente en la misma tónica de inspiración clásica, el mármol como base de impresión levanta su visión a la paródica opulencia del lujo. Quizás el día de mañana también se estudien estas plaquetas de mármol cuando se estudie el fulgor y la decadencia de una presente tan vecino de la democracia pero tan ajeno a la vez.
María José Carlier defiende el oficio de la ilustración digital a través del minimalismo y la pulcritud. Su temática son las mujeres, especialmente en estado de destreza o incluso violencia ejercida. Tal como el fotógrafo Helmut Newton, las (bio)mujeres que ilustra se muestran rotundas y empoderadas en sus poses combativas. Para esta ocasión, se inspira en el deporte competitivo, que después de la Segunda Guerra se caracteriza por la acrobacia e ímpetu de su práctica. Gimnastas o nadadoras sincronizadas se abstraen y se repiten en series que permiten que su vigorosidad no opaquen su potencia ornamental-pop, dando cabida a que se percolen en el espacio del diario vivir. Así, se adaptan a la flexibilidad de la tela como soporte, que les introduce la potencialidad del pliegue como forma de itinerancia de sus imágenes.
Paula «SNKE» Godoy ha sido mi protegida en el arte chileno. Esto a petición de FIFA 2000, artista callejero de larga trayectoria que estrenó la carrera de la artista en una pequeña galería ubicada en barrio Brasil. Una vez escribí un texto muy leído sobre su trabajo en un portal de arte. En él, hablaba de cómo reinterpreta el diseño italiano y lo adapta a su visualidad del contraste entre el blanco y el negro: ya sea en piezas murales, de diseño o incluso en la calle. Sobre el muro (interior o público) o ahora en soporte de madera recortada, sus formas y geometrías se proyectan en el espacio como volumen. Esto es logrado a través del material, pero también con el diseño de «serpiente» que ondula ―tan característico de su trabajo― que genera una ilusión táctil.
Marina Gris es quizás la propuesta más figurativa del grupo, pero no por eso menos influenciada por las estéticas posteriores al internet. La naturaleza, en este caso el gesto romántico asociado al sentimentalismo de la flor cortada como obsequio, se enmarca tanto dentro del plano de las gradaciones cromáticas tenues como nueva metáfora para la feminidad. La proyección de la sombra, sin embargo, reinterpreta esta posicionalidad hegemónica ―vinculable también con el trabajo pictórico― y le atribuye una noción leve de alteridad. Este «fuera de margen» se replica también en la proyección de la sombra por fuera del plano contenedor.
Por último, pero no por eso menos importante, Valentina Ratto es quizás la propuesta de abstracción más radical entre las participantes de la exposición. Por medio de la apropiación de las impresiones lenticulares que copan los espacios de la baja cultura, la artista segmenta geométricamente este producto de la cultura popular y lo introduce en el contexto de un nuevo cinetismo. La asociación libre entre colores y formas en leve desplazamiento hacen (en su totalidad) una fuerte impresión de movimiento y de variabilidad de los posibles. Así, la rudeza de la segmentariedad permite la fluidez de los márgenes de la composición.
La elasticidad: cualidad de un continuo de tiempo o de un chicle a medio masticar. Este es el hilo conductor de las cinco propuestas aquí presentes. Ya sea a través del énfasis en la figura o la forma, las artistas/artífices instalan sus oficios como maneras de repensar el estado del arte chileno contemporáneo en la actualidad. La calle ―por su parte― es el espacio donde emergen las tendencias presentadas, y el sello e impronta de esta exposición colectiva. Lo personal, se ha dicho, es político. La abstracción es una utopía de larga historia en nuestro continente, donde los idearios y programas del progreso son puestos en tensión estética. Pero la abstracción es también tecnología identitaria, que nos permite desacelerar las imágenes y preguntarnos por el futuro que queremos en la época de la fotografía digital y de los teléfonos celulares inteligentes.
gastón j. muñoz j.